Por primera vez, la trilogía completa en un solo volumen. Adelante, entra en “el juego”. «Que todo aquel capaz de pensar comprenda que si hay demonios sobre la tierra es obra directa del ser humano, que el bien y el mal son palabras humanas. Estamos aquí desde que erais solo un proyecto divino, os enseñamos a andar y a volar, y el día que conquistéis las estrellas, de nosotros lo habréis aprendido… Mas a pesar del tiempo y de todos nuestros sacrificios, aún seguís sin conocernos. Aceptad, pues, este regalo, e intentad comprender, que el mundo no es lo que parece, que no sois más que el sueño del creador, que la vida es tan solo una escuela y que siempre hemos estado y estaremos… …entre vosotros…»
Así comienza la primera novela de esta trilogía en la que J. Mariño busca sorprender al lector y empujarle a comprender una realidad tan vieja como el propio ser humano. Que siempre ha habido dioses y demonios, que siempre han tenido su razón para existir. Aunque, tal vez, esa razón no sea la que todos nosotros pensamos.
Hiken: La Historia de Joyko
Una vez descubras la trilogía de Las Crónicas del Bien y del Mal, no podrás parar; y, por ello, J.Mariño presenta esta precuela de su trilogía que narra la historia de Joyko, uno de los personajes.
La historia de esta novela se desarrolla alrededor de 1448 en el Japón feudal que vio nacer a Joyko, con la guerra Onin en ciernes. Mariño utiliza una vez más su capacidad narrativa para conseguir una lectura completamente cinematográfica, recreando un ambiente rico en detalles y sentimientos que transporta al lector al centro de la acción, contando la historia de Joyko en primera persona y también la de Hiken, la legendaria espada fabricada por Muramasa.
En este fantástico libro se narran los sucesos por los que la sanguinaria espada se ganó el apelativo de “la Muerte Roja” y nos transporta al período Muromachi, con los auténticos protagonistas de éste como personajes.
Para ello, Mariño ha contado en esta ocasión con la colaboración de la prestigiosa dibujante Érika Jansen, autora de las veinte láminas que ilustran la novela. Todo ello, hace de esta espléndida novela una firme candidata a convertirse en un clásico de la literatura de temática nipona en habla hispana.
